En la industria cárnica hay una amplia variedad de operaciones, lo que requiere una evaluación cuidadosa para la gestión de sus residuos. Es esencial distinguir entre instalaciones pequeñas y grandes debido a factores como el número masivo de animales sacrificados, el volumen de agua residual producido y los métodos de tratamiento específicos que los desechos requieren. Este ajuste en la atención se basa en los factores intrínsecos de cada planta y se ve reforzado por la necesidad de observar también el tipo de animal procesado. Ya sean bovinos, ovinos, avícolas o porcinos, cada uno presenta características únicas que deben considerarse en el manejo de los residuos.
El aspecto más prominentemente relacionado con la protección ambiental en la actividad de los mataderos es la generación de aguas residuales. Esto es evidente tanto por la enorme cantidad de agua residual que se produce como por la alta densidad de contaminantes en estas aguas.
La gran mayoría del agua utilizada en las operaciones de un matadero termina como efluente de agua residual, ya que no hay adición de agua al producto finalizado. La única porción de agua que no se descarga como desperdicio es aquella que se evapora en el proceso, o se utiliza en servicios complementarios y la creación de subproductos. Por regla general, podemos estimar que entre el 90% y 95% del agua total utilizada en un matadero terminará incorporándose al efluente.
La instalación típica en el sector cárnico se compone de:
– Pretramiento, en el que incluimos desbaste y Físico – Químico
– Tratamiento biológico
– Eliminación de nutrientes, Nitrógeno y Fósforo.
– Secado de fangos
En O+depurnord tenemos amplia experiencia en este sector, conociendo sus problemáticas y aplicando las mejores tecnologías evolucionadas durante más de 25 años.
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