La isla de Bali se encuentra en alerta máxima desde el pasado lunes por la erupción del volcán localizado en el monte de Agung. El Centro de Mitigación de Peligros Vulcanológicos y Geológicos ha indicado que «la lava sigue llenando el cráter y cuando rebose comenzará a deslizarse por la ladera. Hay posibilidades de una erupción mayor» por lo que las autoridades han ordenado la evacuación de más de 100.000 personas con residencia a 10 km de perímetro del cráter.
Se ha tomado estas medidas de precaución para evitar que los vecinos de la zona reciban el impacto de rocas volcánicas y el magma, y evitar que se produzca otro desastre como el ocurrido en 1963.
Un responsable de la agencia I Gede Suantika indicó «Hemos elevado la alerta dado que las erupciones del Monte Agung han pasado de ser freáticas a magmáticas. Se ha observado un incremento de rayos de fuego durante la noche. Eso indica que el potencial de una erupción mayor es inminente». Los temblores y las señales sísmicas aumentan con el paso de los días por lo que se cree que el magma está ascendiendo a la superficie.
La columna de ceniza superior a los 3.000 metros ha provocado el cierre del aeropuerto internacional de Lombok afectando a más de 59.000 pasajeros.