Hace poco más de una semana finalizó una conferencia sobre productos peligrosos dónde aproximadamente unos 200 países que formaban parte acordaron la prohibición de la exportación de desechos plásticos sin consentimiento previo del país receptor. Hasta ahora no era necesario dicha autorización.
Pero como ocurre muchas veces no todo el mundo estuvo a favor de esta medida y países como Estados Unidos, el mayor exportador de plásticos mezclados, Argentina o Brasil se opusieron a esta nueva restricción según señalaron delegados de la organización no gubernamental IPEN. También se unieron a este rechazo la industria petroquímica y la del plástico.
Se podría decir que la contaminación del plástico está alcanzando niveles de “epidemia”. El informe de la organización ecologista WWF (World Wildlife Fund) “Contaminación por plástico: ¿de quién es la culpa?” muestra unos datos pavorosos sobre la cantidad de residuos plásticos que podrían incrementar hasta alcanzar un 41% de aquí a 2030. En 2016 la producción de plástico llegó a los 53 kg por cada habitante del planeta generando emisiones de dióxido de carbono de aproximadamente 2.000 millones de toneladas.
La ONG culpa al sistema y la falta de responsabilidades de los principales productores ya que no se les exige pagar el costo de la contaminación. Según WWF los países ricos son los grandes responsables de esta crisis mundial ya que son generan mayores cantidades de desechos.
Como soluciones abogan por una acción colectiva con el fin de reducir en un 28% la producción de plástico, la recaudación del 100% de los desechos, la eliminación progresiva del plástico de un solo uso y el reciclaje del 60% de los desechos. Las soluciones propuestas no son una novedad, pero se insta a reforzarlas, a buscar alternativas viables para conseguir los objetivos y a hacernos conscientes de la gravedad del asunto, porque al fin y al cabo todos somos responsables.